Hace un siglo atrás Henry Ford, uno de los empresarios más exitosos de la historia, vendía sus autos siendo dueño de toda la cadena de valor, desde las minas de donde obtenía el hierro para sus autos hasta la manufactura final y la venta. Hace aproximadamente 50 años, ese modelo comenzó a evolucionar y las empresas decidieron externalizar una serie de servicios para enfocarse en su “core business”, donde tienen más experticia. Esto último, da paso a la inclusión de múltiples empresas proveedoras trabajando para y dentro de tu empresa, tanto en tareas de apoyo como en procesos estratégicos, sumando un sin número de ventajas difíciles de ignorar a la organización.
Sin embargo…conoces a esas empresas? ¿cuáles son sus políticas internas? ¿Son los proveedores correctos? El no responder estas preguntas en el momento adecuado, han sido la causa de grandes problemas en todo tipo de empresas..
Hoy en día no es extraño que la operación de una empresa sea llevada mayoritariamente por empresas contratistas, solo vean el caso de la minería donde más del 60% del personal en faena no pertenece a la empresa mandante.
Antiguamente (y actualmente, en algunos casos) la selección de proveedores y contratistas se veía en un análisis bivariable entre precio y calidad, erróneamente priorizando precio. Hoy en día, debido a que la empresa contratista pasa a ser vital en las operaciones, se busca un modelo de integración de valor, donde las empresas cooperadoras puedan aportar consistentemente a la propuesta general de la empresa mandante.
Sin embargo, esto último es dificil de lograr. El funcionamiento de las empresas de servicio depende de una confluencia de múltiples factores, donde la gestión incorrecta de solo uno de ellos puede impactar fuertemente en el desempeño general de la empresa. Por ejemplo ¿No es de tu interés saber cómo la empresa que contrataste administra su capital humano? Una incorrecta gestión de las personas da paso a una alta rotación de personal; si se trata de un proveedor crítico, la alta rotación afectará su desempeño, por consiguiente, tu desempeño. Más aún, si debido a la estrategia de tu empresa deseas evitar al máximo la rotación de personas, tiene sentido que quieras lo mismo con las empresas contratistas que manejan partes vitales de tu negocio.
Pero la empresa mandante tiene limitaciones sobre el nivel de gestión que puede ejercer sobre sus sub contratos para manejar posibles falencias, esto debido a la razón principal de la contratación de subcontratos, no tienen el tiempo, el personal, ni quieren hacer la labor para la que tienen al subcontrato. Dicho esto, queda en evidencia que la adición de un nuevo contratista puede generar una gran cantidad de problemas, si no se hace la evaluación correcta a su manera de operar.
Entonces ¿Cómo podemos evaluar mejor a nuestros contratistas y proveedores? Actualmente se hace a través de una serie de exigencias que el proveedor debe tener para ser seleccionado, sin embargo, rara vez esos requisitos engloban al funcionamiento general de la empresa. Se pide documentación financiera obtenida del SII, informes de la Inspección del Trabajo, entre otros que sólo consideran una imagen del pasado de la empresa, sin considerar riesgos futuros por problemas de gestión de personas o visión estratégica.
Por esta razón, hace un tiempo en Análisis 360 decidimos adaptar nuestro servicio para la gran empresa, a través del análisis de las principales competencias funcionales y operativas de sus proveedores clave.
A través de nuestro servicio, la empresa mandante tiene la opción de conocer mejor a sus proveedores, entender sus principales desafíos y falencias. De esa manera pueden enfocar su apoyo a proveedores en las áreas donde más valor puede crear, lo que significa una gran ayuda tanto para la empresa mandante como para el proveedor.
Si pretendes realmente ayudar a tus proveedores, tienes que pensar fuera de las metodologías tradicionales. Los invitamos a revisar nuestros servicios en nuestra Página Web para conocer mejor como podemos apoyarlos a ustedes y a sus empresas colaboradoras.
